jueves, 22 de marzo de 2012

Elegido por los elegidos

22 de marzo: un día como otro cualquiera. No representa ningún hecho digno de señalar ni ningún acontecimiento a reseñar relativo al agua, pero este fue el día elegido por unos señores elegidos con la creída potestad de elegir.


          H2O. Una de las moléculas más simples de la Tierra. Dos átomos de hidrógeno que se unen con uno de oxígeno para dar lugar al principal responsable de la vida, al medio donde ésta se desarrolló y tardó millones de años en abandonar. El caldo primigenio. El agua lo envuelve todo, une y separa, es parte de la vida, componente esencial de animales y plantas. Su carácter único, sus propiedades especiales la convierten en fuente de vida y causa de muerte. Cada año miles de reservorios de agua potable, la más escasa, sufren contaminaciones, sequías, aguaceros y luchas por su propiedad al tiempo que el agua embotellada se hace cada vez más presente y necesaria en muchos países.


            La humanidad ha llegado a un equilibrio frágil e indescifrable, a una balanza entre la sequía que nos lleva a la muerte y el inundamiento de las zonas habitables por el derretimiento de las zonas polares, todo ello mientras el porcentaje mínimo de agua potable de nuestro planeta se ve reducido progresivamente por la mala gestión y el descuido. La contaminación masiva de las aguas se hizo especialmente relevante en el siglo XX con el auge de la industria petrolera y como ejemplo tenemos las catástrofes de proporciones totalmente monstruosas que se han sucedido a lo largo de los años como el reciente vertido de BP en el golfo de México, el accidente del petrolero Exxon Valdez en Alaska, los hundimientos cercanos del Mar Egeo y del Prestige en Galicia y un asunto de menor calado en nuestra actualidad, incluso olvidado, debido a su situación geopolítica: la contaminación descarada del río Níger por la empresa petrolífera Shell.

          10 de noviembre de 1995: Ese día fue asesinado Ken Saro-Wiwa. Escritor y activista que lideraba el MOSOP (Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni, al que pertenecía) con el objetivo de pedir responsabilidad a la Royal Dutch Shell por los vertidos incontrolados que habían contaminado el delta del Níger desde el comienzo de la extracción de crudo en los años 50. Shell y la dictadura cómplice de Sani Abacha lo ejecutaron a él y a 8 miembros más del MOSOP por hacer demasiado ruido e interferir en su beneficio económico. Este es el mejor ejemplo de la importancia del agua para los señores de las Naciones Unidas, que no eligieron el 10 de noviembre sino este día 22 de marzo, un día como cualquier otro, como Día Mundial del Agua.

Ken Saro-Wiwa

 Aún no somos conscientes o no queremos serlo de la problemática del agua, así que:
  • Un tema para escuchar hoy: Bridge over troubled water (Simon & Garfunkel, 1970).
  • Unas películas para ver durante esta semana: Waterworld (Kevin Reynolds, 1995), Baraka (Ron Fricke, 1992) y También la lluvia (Icíar Bollaín, 2010).
  • Unos títulos para tener en cuenta siempre: No Logo. El poder de las marcas (Naomi Klein, 2000) y Mientras agonizo (William Faulkner, 1930).
  • Algo interesante para leer en la red: El caso de Shell en Nigeria 
  • Y unas cuantas fotos que he hecho del agua que nos rodea: 

Fuente en el Memorial de la II Guerra Mundial, Washington D.C.

Agua corrupta en Niágara, Ontario

Cataratas del Niágara

Reflejo del Puente Alamillo en el río Guadalquivir, Sevilla


Playa del Parador, Mazagón, Huelva
Gran Canal de Venezia
"El agua es el vehículo de la naturaleza", dijo Leonardo da Vinci. No acabemos con él.


miércoles, 21 de marzo de 2012

Tener un pase

21 de marzo: 69 personas asesinadas, más de 400 heridos. Antes de llevar a cabo la masacre, el radical Partido Nacionalista (gobierno proclamado mediante perversión electoral) había impuesto la 'ley de pases', una medida más de la política de apartheid que se practicaba con respaldo jurídico desde hacía doce años. Aquel lunes de un día como hoy en 1960, la población negra de Sudáfrica se manifestaba pacíficamente en Sharpeville. No hay datos de cuántas personas formaban la protesta, sólo quedó registrado el número de muertos. 


      Además de estar obligados a utilizar otros transportes públicos, peores; otros hospitales, también peores; además de tener que ir a otras playas, de tener que sentarse en otros bancos en los parques; además de no poder crear negocios, y de no poder cursar estudios superiores; los negros de Sudáfrica debían desde hacía años portar 'pases', documentos a través de los cuales se les permitía o no moverse por las llamadas 'zonas de los blancos'. Si una mujer negra trabajaba como criada en una casa de ricos blancos, sólo ella contaba con 'pase' para esta zona. Si la misma mujer negra trabajadora debía, durante una semana, permanecer por exigencias laborales incluso durante las noches en la casa de sus jefes blancos, su marido e hijos negros no podían verla al no tener 'pases'. Y, si alguna de esas noches sin noticias de su mujer el marido con sus hijos intentaba pasar a la zona de blancos para así poder verla, el régimen racista podía detenerlo, exigirle el 'pase', arrestarlo por delito al no tener el documento, juzgarle y condenarle a prisión. 

      Aquel 21 de marzo de hace 52 años en Sharpeville, el Partido del Congreso Africano (ACP) invitó a la población negra a la desobediencia pública mediante una marcha de protesta. El gobierno blanco abrió fuego y mató a 69 personas, entre ellas mujeres y niños que se manifestaban pacíficamente. Horas después, se ilegalizó el Partido del Congreso Africano y el Congreso Nacional Africano (ANC). Lo que había comenzado en Sharpeville como una marcha pacífica, se tornó por toda Sudáfrica durante años en protestas violentas de un lado, e intensificación del apartheid del otro. Se declaró el estado de emergencia; se detuvo a decenas de miles de personas sin orden judicial, entre ellas, a Nelson Mandela; se continuó abriendo fuego sin discriminaciones: en 1976, en Soweto, el gobierno mató a 566 niños que intentaron defenderse de las balas con piedras; la política racista además contribuía cada vez más al aislamiento del país en el plano internacional. 

      Si no fuera tan triste tendría hasta gracia comentar que de nada sirvieron las protestas, los heridos, o los muertos para la abolición del apartheid, y que sin embargo fue la grave crisis económica la que condujo al gobierno radical, ahogado por las sanciones internacionales, a declarar el estado de emergencia  de 1985 y a alejarse de la política de segregación racial a comienzos de los años 90. La masacre de Sharpeville sí condujo al menos a las Naciones Unidas, en 1966, a la conmemoración del 21 de marzo como Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial; trece años después, la Asamblea General concretó además que del 21 al 27 del mismo mes se celebraría la Semana de Solidaridad con los Pueblos que luchan contra el Racismo y la Discriminación Racial.  

      No debemos de habernos enterado aún de qué va esto de la no discriminación racial, pero como en esas estamos:

  • Un tema para escuchar hoy: They Don´t Care About You (Michael Jackson, 1996).
  • Unas películas para ver durante esta semana: Distrito 9 (Neill Blomkamp, 2009), El odio (Mathieu Kassovitz, 1995), Adivina quién viene a cenar esta noche (Stanley Kramer, 1967)
  • Unos títulos para tener en cuenta siempre: El largo camino hacia la libertad (Nelson Mandela 1995) y El color púrpura (Alice Walker, 1983).
  • Y unas cuantas fotos que he hecho gracias a gente negra, blanca, amarilla y, sobre todo, gente.

Mujeres en un mercadillo en Manhattan, New York.

Dos indignados del movimiento 'We are the 99%' en Washington.

Grupo de música jazz en el metro de New York.

Policía y ciudadanos de Harlem, barrio afro-americano de New York.

Indignados del movimiento 'We are the 99%' en Wall Street, New York.

Mural de una pared de la avenida que se muestra en el mismo, Malcolm X Boulevard, en Harlem, New York.
"Nadie puede darte tu libertad. Nadie puede darte tu igualdad o justicia o cualquier otra cosa. Si tú eres un hombre, tómala", dijo Malcolm X. Si eres gente, tienes pase.